Arrúllame en tu cuerpo

De las cenizas de los escombros
que dejaron los besos
que amanecen en mi boca.


Los decires de tus labios
saben evocar: incitan razón
desquician coraza.

Amanece en oscuridad
la magia negra de lencería
que provocan a mis ojos desnudarte.

Deleite que se enreda en la lengua
y aprisiona la sombra de tu pecho
escalofrío que se contagia.

Envuelve mi cuerpo
líquida sensación;
tu silueta danza.

Nos amarramos en oscuridad
los cuerpos dictan
el anhelo de la piel.

La marejada del silencio
y el aroma de tu ser
se extiende se esparce

Yacemos íntimo

Poema IV

esos días de abrazos y más mimos
en que el sentir desea acurrucarse
en este corazón y dibujarse
una sonrisa tierna de este mimo.

y derramas tu cuerpo en un racimo,
las ganas de tus ganas al rosarse
con las mías, sutilmente al besarse
con ternura regalas en tu arrimo.

las ganas que él no quiere ya son mías,
dejas  con suavidad en mis adentros,
aquí en tu lugar sin noches sin días.

placida duermes vida al reencuentro;
la luna roja acaba bendecía,
lo que nadie más sabe; lo que hay dentro.

Poema I

Recuerdo aquella noche en soledad

compartida, buscaba tu mirar

en el firmamento estrellas; varar

mi espera siempre con pasividad.

Destellar de tus ojos mi ansiedad

de aquel tiempo escondido, deslizar

a flor de piel secretos y encerrar

el presente sin falsa claridad.

Regalarnos la noche con estrellas,

nuestras vidas se habían extinguido,

el tiempo nos juntó sin dejar huellas.

Continuamos siendo el punto y seguido

de ocasiones sin un por qué tan bellas

y que a la noche abríamos sin ruido.

Migraré

migraré de planeta
mis sensaciones
abandonaré este cuerpo
lleno de heridas

dejaré que se marchite el corazón
y antes de irme
                le prenderé fuego
que todo recuerdo se consuma
que toda sensación desaparezca
y que el filo de la hoja
                           muerda la piel

Se deshila la noche

Se deshila la noche

Entre tus pasos y el movimiento

El sonido resuena en las paredes.

Se resecan los minutos

Que resbalan por el alba

Besos blancos que se acurrucan.

Mariposa ahogada en las venas

Nuestros cuerpos yacen 

En devorada oscuridad.

Malva cielo que nos espía

Es el fin del tiempo cuando comienza.

Los fantasmas

Los fantasmas rondan

Percibiendo ausencia,

Corazón resquebrajado.

Insignia de una época,

Cicatriz que coincide con el alma;

De la piedra efigie ecuménica.

Quédate en el mito de la eterna;

Está amaneciendo y llueve,

Amarrado numen al asfalto.

Rosa negra espejismo escondido,

He cogido entre perfumes

La sustancia y la esencia.

El crepúsculo cruza por tu boca.

Inesperadamente el lápiz tira

Inesperadamente el lápiz tira

En la piel de la hoja verbo tatuado

Mientras el sueño sueña que se inspira

Cuando inventa la noche que ha menguado

Sigo aquí con la sombra que suspira

Y al recitar silencio congelado

Al perderse las letras en mis dedos

Las palabras desertan de mi miedo

Haciendo días

Murmura el aroma a las flores de memoria

Que la lengua de la musa torture corazones

Las hojas secas recuerdan historias

Y los labios de las ninfas besan difuntos acordes.

Escombros misteriosos de rezos de lobos

Mi nombre secreto en una crisálida 

Suspiros hechiceros magia de liras

Gestó rituales de hoguera la piedra de labios rojos.

La rosa deleitada de sutiles esencias

Seducen sonrisas de luna en  hoyuelos malva infinitos

La sangre en exóticos laberintos junto al dragón de los mitos

Rojo abanico antiguas pupilas nos miran.

La serpiente de los mitos erudita

En rubrica del polvo el sueño quebrado soñaba

El crepúsculo se acerca a la orilla

En el oscuro cielo la amante silenciosa se marchaba.

Lobo Solitario

Esta piel que a la noche le reclama,

Mar con olas que azotan sensaciones

Y preservan aquellas colisiones,

Basto infinito que diluye en calma.

En esta dermis llena del invierno

Con el ajuar del lobo solitario

Su gélido suspiro funerario:

Seré la presa que siente el infierno.

Del mirar trasnochado las estrellas

La luna que navega lo profundo;

Con los ecos de aullidos ya me fundo

De la danza en mis ojos  voy con ella.

En los huesos sin tiempo está mi vida

Con el febril dialogo sin salida.

Poema XI

Hoy te vi hermosa, más resplandeciente 

que el sol; quien me diría que el perfecto

silencio es la sustancia del dialecto

que se vuelve sicario disidente.

Por qué caminas tú tan lentamente

en mis ojos; historia sin efecto

del ansia prohibida al imperfecto

sentir de este mi amor que es tan paciente.

Para qué te quiero iris sin fortuna

si más allá de tu fin no hay consuelo

del arte prohibido de mi pluma.

Por qué no pronunciarte ya mi anhelo:

tú mi Helena, mi Venus, mi laguna,

sólo quedo en silencio en mi desvelo.

El privilegio

Lágrimas de papel

que consumen las llamas,

de los fuego del alma

tus  letras atrape.

Vertedor de sueños

lamen las llamas,

a mi cuerpo llamas

desdichas y anhelos.

Puedo percibirte

en tu esencia digital

más allá del vitral

el privilegio de oírte.

De sueños tejedor

de suspiros hacedor;

sí tus ojos hablar pudieran

este fantasma quizá sobreviviera.

Musa oscura

Entra sigilosa a la habitación,

escondiéndose tras cada sombra,

escurridiza figura sin sentimientos.

Atrapas mi alma con tu sombra,

destilas los hilos de la incertidumbre;

corazón gélido, cuerpo sin sangre.

Te sientas a mi lado susurrando vocablos,

deseo maldito a la oscuridad consagra,

pinchas mi piel para lamer el fluido.

Complacida me abrazas sonriendo locura,

me dejas tumbado con un latido en la mano,

eterna sonrisa en los labios.

Me muerdes el cuello y succionas la sangre

que tibia recorre tu cuerpo helado ,

sientes palpitaciones en el pecho

Tus ojos me miran marcando surcos,

silente caricia mis dedos por tus hombros,

cuerpo atado en mis infiernos.

Flores negras, dolor innombrable,

extinta efigie de noches eternas,

por tus besos echaría mi alma al fuego.

Tu esencia me rodea esta noche delirante,

te vistes de espectro y perforas mi almohada,

lames las heridas para sal poner en ellas.

El diario de mi cuerpo escrito con tu veneno,

incendias los conjuros tatuados en mi piel,

miras paciente que se vuelvan cenizas.

Con un beso en mis labios cierras el cofre,

ya no entran las sombras, la luz ha sido desterrada,

a pesar de todo que mi ser te pertenece.

Poema III

Y cuando tus mañanas de oficina

se acurrucaban dentro con mi sábana,

deslizabas tus labios artesana,

por la parte sensible y cristalina.

Escabullirme  dentro de tu mina

tu piel gime en susurro, en el  nirvana

desprende  tu belleza piel lozana,

llegar al punto donde se termina.

Entre tus muslos se enlazan mis labios,

hace estremecer  tu cuerpo agotado,

compartido el placer último turbio.

Así quedo en tu cuerpo recostado,

tus piernas en mi espalda en sortilegio,

en este espacio de tiempo creado.